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4 febrero, 2020

Desde la RUCAB hasta Berlín gracias a Fundación CB

Al inicio de este curso, Ibercaja nos propuso un reto, el Reto de la Triple R (Reto, Record, Rucab), consistía en la apertura de la ‘Cuenta Vamos de Ibercaja’ en el tiempo establecido y desde el móvil. Se sorteában tres viajes con destino europeo para dos personas, un fin de semana y los tres primeros en abrir la cuenta se llevaban los viajes.

Han pasado cuatro meses desde que hicimos el reto y el primer ganador, Pedro Romero Tena, acaba de regresar de su viaje a Berlín. Del 26 al 28 de enero han estado disfrutando de esta preciosa ciudad europea, el acompañante ha sido su primo Pedro Manuel, pero además se ha sumado la madre de nuestro residente, y así nos cuenta su viaje:

El afortunado fui yo, Pedro, y después de mí, mi primo Pedro Manuel, quienes agradecemos a la Fundación Caja Badajoz y a la Residencia Universitaria RUCAB por la oportunidad de poder realizar este viaje. Especialmente a Iván Manzano, que lo hizo posible en gran medida.

También contamos con la compañía de mi madre Paula, que pidió días de asuntos propios para acompañarnos ya que nunca había estado en la ciudad y quería conocerla, por lo que se unió tras financiarse ella su propio viaje.

Fue solamente bajar del avión y ya notamos un golpe de frío. Viajar en enero a Berlín es de valientes.

Primer día:

Tras nuestro traslado al hotel y habernos cambiado a ropa de mucho más abrigo, nuestra primera parada fue el Museo de Pérgamo en el que pudimos ver la famosa Puerta de Isthar así como la Puerta del Mercado de Mileto o la Fachada de Mushatta (también donde paradójicamente no pudimos ver el Altar de Pérgamo ya que estaba en fase de restauración).  Justo al lado se encontraba el Neues Museum donde tuvimos oportunidad de ver el busto de Nefertiti y otras varias tumbas faraónicas. Después de haber probado el típico currywurst berlinés, ya caída la noche (a cosa de las cinco de la tarde) decidimos pasear por el barrio Judío de Berlín para ver arte más contemporáneo. Acabamos visitando el Dead Chicken Alley, punto de exposición para numerosos graffiteros y artistas independientes. De camino al hotel pudimos pasearnos por la cercana Alexander Platz.

Segundo día:

El segundo día habíamos reservado una entrada al Domo del Reichstag, el parlamento alemán. Tras esto dimos un breve paseo por la manzana verde de Berlín, el Tiergarden, hasta acabar en la Puerta de Brandemburgo. Allí, mucha suerte la nuestra, nos encontramos con unos guías españoles que nos prepararon uno de los mejores tours que he hecho por una capital europea. En este punto tengo que agradecer a Alba Fuster, de Sandemans, cuya historia sobre Berlín transciende los libros y toca a las personas, y que nos dejó una maravillosa visión de la capital y  una fantástica guía online de sitios por descubrir por la ciudad.

Con ella visitamos diversos memoriales como el de los judíos caídos en el holocausto, puntos clave en la historia de la ciudad como el muro o el Checkpoint Charlie y otros varios monumentos históricos mientras repasábamos la situación pasada y presente de la capital.

Tercer día:

Después del tour paseamos hacia la moderna Postdammer Platz, en la que visitamos el Museo de los Espías no sin antes pasar por la tienda de Lego de Berlín centro. Para terminar el día visitamos el Museo del Holocausto, toda una inmersión a la memoria y la reflexión.

Siguiendo opiniones de familiares que habían visitado la ciudad, el último día decidimos adentrarnos en los túneles de Berlín de manos de Berliner Unterwelten, con quienes visitamos un búnker de la II Guerra Mundial, y a quienes me gustaría agradecer la labor que ejercen protegiendo el patrimonio histórico bajo el suelo Berlín. Nos dirigimos posteriormente a la East Side Gallery, donde se encuentran los famosos graffittis en el muro.

En este lugar también pudimos comer muy bien gracias a las recomendaciones de Leo, del catering de Pedro Méndez.

Por la tarde visitamos de nuevo a Alexander Platz y subimos a la Torre de Televisión, un gran mirador a 200 metros de altura. Para finalizar nuestra experiencia, usando la guía que Alba nos dejó, degustamos cocina típica alemana en restaurantes de la zona.

Al día siguiente dejamos atrás el frío

Nosotros repetiríamos

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